En el hallux valgus se combinan las siguientes deformidades:
- La desviación del primer dedo (hallux) alejándose de la línea media del cuerpo (abductus ó abducto) con cierta rotación del mismo en el plano frontal (valgus ó valgo).
- El primer metatarsiano se desvía aproximándose a la línea media del cuerpo (adductus ó aducto) y rota en varo (metatarsus varus).
- Incongruencia articular que da como resultado una luxación de la 1ª articulación metatarsofalángica, viéndose afectadas el resto de estructuras anatómicas localizadas a este nivel, incluyendo la cápsula articular, los ligamentos colaterales, los sesamoideos y todos los músculos, tanto intrínsecos (que se originan e insertan en el pie) como extrínsecos (que se originan en la pierna y se insertan en el pie) que estabilizan o facilitan el movimiento de la articulación.
- Se trata de una deformidad de origen multifactorial, aunque en la mayoría de los casos existe como denominador común un déficit patomecánico de base.
Etiología
- Genética y herencia: Numerosos estudios han documentado casos de hallux valgus con una clara relación padres-hijos. Asimismo, se han documentado casos de hallux valgus en etapa adolescente-juvenil, siendo éstos casos una minoría ya que, normalmente, esta deformidad se manifiesta con claridad a partir de los 30-40 años. Estos estudios sugieren la existencia de un componente genético en la deformidad para los casos de hallux valgus juvenil, y de una predisposición en los casos de herencia padres-hijos. Esta predisposición quizá venga justificada no porque se herede directamente la deformidad, sino porque lo que sí se hereda (y hay evidencias científicas de ello), es la forma y el funcionamiento del pie.
- Calzado: Los zapatos que son apretados y terminan con forma de punta son los principales causantes de hallux valgus debido a que fuerzan sobre todo al dedo gordo a estar torcido mientras se usan, por lo que es fácil de deducir que su uso prolongado produce hallux valgus. El calzado es el factor principal de la deformidad (más si cabe en el caso de las mujeres, ya que el diseño del calzado femenino tiende a ser más perjudicial que el masculino).
- Factor hormonal y sexo: La morfología del pie femenino tiene diferencias respecto al masculino. Además, por otro lado, existen diferencias hormonales evidentes entre hombres y mujeres, algunas de las cuales afectan a la laxitud de los diferentes tejidos, entre ellos los ligamentos. La hiperlaxitud ligamentosa, más propia de las mujeres, favorece que ante la presencia de fuerzas deformantes sea más sencillo que la deformidad se produzca. A esto hay que sumarle el hecho de que durante el embarazo y en la menopausia los niveles de relaxina (hormona que determina la laxitud de los ligamentos) aumentan. Por esta razón no es extraño encontrar casos de mujeres que advierten que, a partir del embarazo, la deformidad ha aparecido o se ha acentuado.
- Alteraciones biomecánicas en el apoyo: Pronación de la articulación subastragalina (ASA)
Tratamiento
- Tratamiento preventivo / conservador
El tratamiento preventivo o conservador se propone cuando la deformidad se encuentra en un estado inicial y/o cuando las manifestaciones clínicas (dolor y artrosis de la articulación) no justifican un posible tratamiento quirúrgico. El hallux valgus es una patología en la que la función del pie durante la marcha es responsable, junto con la incidencia de otros factores, de que los segmentos óseos se deformen progresivamente.
Por esta razón, tanto si se produce la corrección quirúrgica como si no, es absolutamente prioritario que una persona con hallux valgus use soportes plantares (plantillas) para compensar el funcionamiento patomecánico del pie limitando y frenando así las fuerzas deformantes que favorecen el hallux valgus. También existen otros tratamientos conservadores que pueden ser usados con coadyuvantes de las plantillas:
- Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico del hallux valgus está indicado cuando las manifestaciones clínicas (dolor, artrosis de la articulación, afectación a otros niveles del pie como metatarsalgia, dedos en garra secundarios, afectación a otros niveles del aparato locomotor como dolor de rodilla o cadera relacionado con el déficit propulsor, etc.) indiquen la necesidad de corregir la deformidad y facilitar la adaptación del tratamiento ortopodológico postquirúrgico para conseguir mejorar la función del pie. En ningún caso está recomendado intervenir un hallux valgus por simples criterios estéticos. La elección de una técnica u otra depende de los hallazgos clínicos que se encuentren, así como de los datos obtenidos mediante las pruebas radiográficas. El objetivo del tratamiento quirúrgico será la eliminación del crecimiento excesivo del hueso y la corrección de los segmentos óseos desviados (primer dedo y primer metatarsiano).